Crónicas de San Pedro

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Sex And San Pedro: Anécdotas de gente de Toda La Vida

Sex And San Pedro: Anécdotas de gente de Toda La Vida

Aparentemente hay más harems de lo que yo creería en San Pedro, lo cuál la verdad sí queda con este lugar que es de alguna forma moderno y retro.

may 19, 2025
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A veces siento que en San Pedro, la sexualidad sigue siendo algo muy masculino. Mientas que el apetito sexual es saludable y bien visto en los hombres, (así como también lo es el deseo de devorar kilos de carne a la semana), no es el caso con las mujeres. Aquí sigue vigente la idea de “mujer promiscua mal”, “hombre promiscuo, normal”. No digo que en CDMX no exista también esa creencia en muchos espacios, pero al menos se disimula más. Ya no es tan aceptado reiterar tales mandamientos, pero aquí no deja de ser parte de la construcción de la diferencia entre los hombres y las mujeres…

La idea del amor libre ha existido en la cultura popular “mainstream” con distintas versiones por varias décadas, su iteración más moderna es el “poliamor”. Esto implica varias relaciones que pueden o no tener jerarquías (mi novia principal y mi novia secundaria); en su versión más amplía todos los participantes tienen múltiples vínculos. Tú tienes una esposa y una novia y tu esposa tiene un novio y una novia y tu novia tiene novio y la novia del novio de tu esposa es la novia del novio de tu novia. ¿Sabes? Yo tampoco.

Pero se supone que estos son acuerdos hablados que están sostenidos por principios éticos y no sé que tanto. Es decir que nadie se pone el cuerno porque todos saben en qué andan todos. Según. De lo que yo he oído y visto, este arreglo beneficia mayoritariamente a los hombres, por el simple hecho biológico del embarazo y las responsabilidades que éstos conllevan. Es decir que las mujeres poliamorosas pueden tener mentalidades muy avanzadas pero la naturaleza no las alcanza - si ellas se embarazan de un vínculo no tan vinculante, verán de qué están hechos los compromisos éticos de palabra. Y claro, eso pasa hasta en los matrimonios más tradicionales, pero la diferencia clara es que existe un papelito de por medio que acredita la responsabilidad de las personas una con la otra. Y toda una estructura social que lo hace valer.

En fin, divago.

Del lado más retro y con menos articulación académica, podríamos decir que están los harems. Básicamente, un hombre que tiene varias novias mientras que ellas no tienen ningún otro hombre en su horizonte. Al igual que el poliamor, aquí no es necesario que se muden todos a la misma casa, solamente que se entiendan y respeten sus acuerdos. Supongo que en su definición más estricta, sí implicaba co-habitación y sé de algunos que en efecto, así lo prefieren.

Los hombres que tienen este tipo de arreglo son bastante abiertos al respecto, viven de la envidia que les producen a sus pares - además de que es un símbolo de estatus poder “mantener” a tantas mujeres en San Pedro. ¡Y qué mujeres! De esas que gastan mínimo 20,000 al mes en belleza. Claramente, tienes que tener mucho dinero para lograr este tipo de arreglos.

Los que prefieren ser discretos al respecto de todo su merequetengue generalmente no lo logran porque inevitablemente, en este pueblo todos saben todo. Y a la gente - le encanta el chisme.

Finalmente, en el orden de cosas que son lo mismo pero no son iguales en escalas éticas, están los que ponen el cuerno. No dejan de ser comunes los hombres con más de una pareja conocida o aquellos que entienden la fidelidad como una palabra vacía. Y es que aquí nadie te niega lo fuerte que es la doble moral.

  1. Sexy, no sexual

“Fue doloroso, escuchar tanto rechazo todos los días”, me comentaba Ruth a través de la pantalla, tuvimos un zoom hace unos meses. Ella es una ávida usuaria de las redes sociales, frecuentemente viralizada por su sentido del humor y buenas relaciones con otros creadores de contenido en Monterrey y en México.

Ruth también es empresaria local.

La busqué queriendo hablar de un tema específico: el sexo en San Pedro. Ruth y su socia, Valeria Serna, abrieron una tienda distinta, que desafortunadamente claudicó ante la difícil clientela e inconsistente moral sampetrina.

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