Sampetrina, ¿yoooooooo?
Claro que no. Muy lejos de serlo, ¿por qué? Aquí una aproximación muy quedita al debate sobre quién es sampetrino de verdad, cómo sabemos y qué significa. ¿Importa?
Esta semana, en Instagram conduje una encuesta para contestar la pregunta en boca de todos… o quizá, solo en boca de quienes están actualmente leyendo esto. (Para ver los resultados y todas las preguntas, visiten el Highlight en mi perfil de IG, cronicas.spgg)
¿Quién es sampetrino?
La respuesta es en primera instancia, obvia. Tonta. Un sampetrino es alguien que vive en San Pedro, ¿no? No. Primer error. Mis amigos de fuera no entendían, no entienden ¿entonces qué? Pues. Los apellidos. Los papás. Las historias. ¡Uy! Te diré…
Que en primer lugar, todos, absolutamente todos aquí, saben exactamente que esa pregunta no se responde así tan fácil. Quienes ostentan ese título, quienes lo confieren, saben que se debe indagar más que únicamente el actual lugar de residencia. Para algunos, eso llega a ser un requisito absurdo, irrelevante. “Eso da igual”, me decían varias personas, quienes ante mi sorpresa, añadían,
“ni modo que no sean sampetrinos los que se fueron a Houston”.
Ja, no sé, ¿sí? ¿no? Pues, viviendo en otros países, siempre me he considerado mexicana, me ofendería que pensaran que lo dejé de ser…
Entonces, ¿Quién es sampetrino? ¿Por qué? ¿Cómo sabemos?
Una de mis fijaciones con San Pedro tiene que ver con el uso, el conocimiento y la aceptación de su gentilicio municipal. ¿Cuántas otras personas en el país se identifican (ellos mismos y los de fuera) como pertenecientes a su adscripción municipal? Ese nivel más humilde de gobierno… No sé cuántas, pero sé que en las ciudades, especialmente en las ciudades grandes de este país, eso es una rareza. Yo no sé cuál es el municipio más elegante de Mérida. Sé que la calle de Paseo Montejo es lo máximo, pero que como el Paseo de la Reforma, es una ex calle residencial que hoy es cualquier otra cosa.
También, me parece muy llamativo que el gentilicio “sampetrino” es uno asociado con prestigio, o al menos con estereotipos de riqueza. Que, para muchos puede ser un negativo pero que en una visión más amplia y realista del mundo, es un atributo positivo. Pues sí. Una ecuación muy básica (que obviamente borra todos los matices): Ser sampetrino = ser rico = algo bueno.
¿Qué tiene de interesante, o de importante esto?
En primer lugar, me parece innegable que cuando hablamos de nuestra identidad, de cómo la definimos nosotros o permitimos que la definan los demás (así es, permitimos), estamos hablando de cosas muy personales. Hablar del lugar donde crecimos, de quiénes nos formaron; de nuestros años más vulnerables, más indefensos, más confusos… es muy íntimo. El miedo a no pertenecer empieza en la infancia y creo que como muchos, no se quita, que hay que saberlo entender y manejar. Es algo biológico, temerle a la soledad, al rechazo - necesitamos al grupo para sobrevivir.
Aún entendiendo esa necesidad primitiva, muchos cargamos toda la vida con ese sentimiento que formamos en alguna edad temprana; falta únicamente leer una introspección de X persona célebre para entender que parte de su motivación para hallar (y ser hallado) por el reflector tuvo que ver con un pendiente de la niñez. Un querer ser visto, un querer ser felicitado, un querer ser especial o sentirse parte de.
Y no hay que ser célebres, por supuesto. Sólo use un ejemplo obvio. Pertenecer o no pertenecer es una encrucijada en la que estamos toda la vida y las historias que nos contamos al respecto son lo que acaba definiendo nuestra experiencia en este accidente cósmico, o este milagro celestial. ¿Ves? Historias. Hay muchas.
¿Verdades? Difícil que alguien las tenga.
Lo íntimo siempre es interesante. No solamente por el chisme, que tiene un nivel de disfrutable, pero porque lo íntimo, lo privado, lo que reservamos para ciertos contextos es lo que explica mucho de lo que somos. Eso es lo que hace terrorífica la idea de revelar nuestros secretos - lo peor que hemos hecho (o nos han hecho), o lo más penoso que hemos hecho (o nos han hecho) no es solamente acusatorio por el acto en sí. Pero por que…