La fantasía de que sufren vs la fantasía de que no
White Lotus, Succession... los shows donde vemos sufrir a los verdaderamente ricos son entretenimiento. Pero los ricos también lloran, aunque les fascina pretender que no.
Succession, The White Lotus, Big Little Lies, Black Mirror, The Affair, The Undoing, Beef, The Perfect Couple, Friends & Neighbors…
La mayoría de esos shows (muy distintos) se enfocan en el sufrimiento de personas millonarias.
Sufrir, como todo, es relativo. Pero no puedes debatir con los sentimientos. Quien sufre por perder un arete de diamantes, siente la pérdida igual que alguien que pierde su casa, es una estupidez lo primero y una cosa con muchas consecuencias lo segundo. Pero cuando no tienes punto de comparación, la pérdida solamente es pérdida. Cuando no eres capaz de adjudicar el valor “correcto” a las cosas, todo se siente igual.

Algo similar, pero su versión más virtuosa, sucede con los bebés y niños que tampoco saben del valor “real” de las cosas y tienen solamente sus sentimientos como guía. Puede producirles el mismo deleite una caja vieja que el juguete más novedoso. Quienes aún no saben que las cosas se miden por cuánto cuestan, por quién las hace, por quién más las usa y por las historias que creemos que cuentan de nosotros . Los peques todavía no saben que sus gustos no son cosas que tienen que ver solo con sus propios sentimientos, sino con los de todos nosotros... pero ahora que lo pienso, quizás a ellos les tocará que todos sus gustos se reduzcan a la ecuación de algún algoritmo.
Somos arcilla social, moldeada por la mano invisible. Ya no del libre mercado pero ahora de la tecnología.
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